El eco de sus afanosas pisadas se
esparcía por todo el bosque. Los pequeños animales nocturnos que rondaban por
ahí salían escabullidos por la carrera que llevaba la pareja. Después de un
buen rato de correr sin dirección alguna alcanzaron a distinguir un pequeño
claro.
– Un lugar perfecto para tomar un respiro -. Pensó él.
– Un lugar perfecto para tomar un respiro -. Pensó él.
Al llegar ahí se detuvo y agarró
la muñeca de su compañera. El rostro de ella se llenó de consternación cuando
se volvió hacia él.
- ¿Nos han encontrado? Preguntó, mientras se hincaba sobre sí misma demostrando el cansancio de la jornada -.
- No, aún no. Pero tenemos que
parar un momento, debemos descansar y pensar con cabeza fría qué vamos a hacer -.
Un haz proyectado por la luna se
colaba en el tupido bosque e iluminaba una piedra que casi estaba en el centro del
claro. Él la empujo hacia allá y con fuerza la sentó. De sus bolsillos sacó un
termo, el cual se lo tendió para que bebiese.
Cada segundo se hacía eterno y el
sentimiento de persecución se apoderaba cada vez más de ellos.
- Estoy cansada Mark, no aguanto
más esta situación. No quiero vivir huyendo el resto de mi vida, no quiero
sentirme como si fuera una presa, permanentemente acorralada, sin escapatoria –.
Las lágrimas confundidas con el sudor resbalaban por sus mejillas mientras hablaba. A Mark casi le pareció encantador esta escena, la luz brillando en su rostro, reflejando cada uno de los detalles que lo habían hecho enamorarse de ella. Sin embargo, el momento mágico no duró más que un par de segundos. La horrible realidad lo trajo de vuelta como un choque eléctrico despierta un corazón que ha dejado de latir.
Las lágrimas confundidas con el sudor resbalaban por sus mejillas mientras hablaba. A Mark casi le pareció encantador esta escena, la luz brillando en su rostro, reflejando cada uno de los detalles que lo habían hecho enamorarse de ella. Sin embargo, el momento mágico no duró más que un par de segundos. La horrible realidad lo trajo de vuelta como un choque eléctrico despierta un corazón que ha dejado de latir.
- Lo se amor, entiendo la razón
de cada una de tus lágrimas, pero este fue el destino que escogimos. Ambos
estábamos cansados de la sangre, ambos estábamos extenuados del dolor y el
constante sonido de la muerte. Ambos tomamos la decisión de abandonar nuestra
manada. Tenemos que ser fuertes, yo sé que podemos encontrar alguna solución,
pero si tú te derrumbas nos caemos ambos -.
Al reflexionar sobre sus palabras tuvo la certeza de que la duda las embargaba, su tono de voz partido lo delataba completamente. Al levantar el rostro de ella vio en sus ojos que no se había creído ninguna de sus palabras.
Al reflexionar sobre sus palabras tuvo la certeza de que la duda las embargaba, su tono de voz partido lo delataba completamente. Al levantar el rostro de ella vio en sus ojos que no se había creído ninguna de sus palabras.
El sonido de unas ramas
quebrándose a lo lejos los sacó a ambos del descanso que se estaban tomando, la
tensión y la angustia se apoderaron de cada uno de sus músculos. Al volver su
vista sobre ella, Mark se percató de que estaba iniciando su transformación,
inmediatamente la abrazó y comenzó a susurrarle al oído para tranquilizarla,
sabía que si alguno de los dos se convertía sus persecutores los encontrarían
más rápido.
Rápidamente la tomó del brazo y
arrancó carrera hacia el lado opuesto de donde percibió los sonidos. Lo único que se alcanzaba a distinguir eran
troncos de árboles esparcidos a diestra y siniestra. A pesar de la distancia podían oír como se acercaban cada vez más quienes los perseguían. Los ladridos
de unos perros se unieron al concierto de sonidos que se estaba dando en el bosque
- Mark no puedo más, no me siento
capaz de continuar corriendo. ¡Quiero detenerme! -.
Su voz denotaba que había perdido la fe y la esperanza. Toda la seguridad que una vez tuvo cuando comenzaron a fraguar su huida se había esfumando. Ahora sólo quedaban resignación y derrotismo.
Su voz denotaba que había perdido la fe y la esperanza. Toda la seguridad que una vez tuvo cuando comenzaron a fraguar su huida se había esfumando. Ahora sólo quedaban resignación y derrotismo.
A empujones la siguió llevando
por entre los árboles, pero la indiferencia de ella hacia que se desplazaran
cada vez más lento, dando tregua a que los capturaran en cualquier instante.
Ya las pisadas se encontraban
justo detrás de ellos, en ese momento supo que no había ninguna otra opción. La
tomó por la cintura la empujó hacia un lado y se abalanzó hacia el lugar de
donde provenían los sonidos. A cada paso que daba cada uno de sus rasgos iba
cambiando y dándole una forma totalmente distinta a la de un humano. Sus manos
se convirtieron en garras, sus piernas y brazos se llenaron de músculos
marcados y se cubrieron de un pelaje denso. Su rostro se pronunció dando paso a
un hocico lleno de dientes filudos y baba cayendo por doquier. Sus ojos se
inyectaron de sangre, furia y odio.